Escribe: Carlos Sforza*
El 28 de octubre recibí un mail de la Academia Porteña
del Lunfardo. En él me comunicaban que en esa madrugada, a los 94 años de edad,
había fallecido nuestro Presidente de la Academia.
Una larga vida la de don José Gobello. Con todos los avatares
que vivir casi un siglo conlleva.
Fue junto a otros amigos, el fundador de la Academia Porteña
del Lunfardo. Fue un activo militante dentro del partido peronista y diputado
nacional propuesto por la
CGT. Cuando cayó el
gobierno, estuvo preso durante dos años. No obstante ello, su actividad como
periodista y escritor de temas populares e investigador del habla de los
argentinos, no decayó nunca. Tanto es así que durante su detención escribió en
la cárcel su “Historia de ladrones” que viera la luz antes de su liberación.
Como escribiera el cofrade Marcelo Héctor Oliveri, “es
miembro de la Academia Nacional
de Letras del Uruguay y lleva publicados más de dos docenas de libros dedicados
principalmente a las expresiones Culturales populares de Buenos Aires” (2002).
Fue elegido Presidente de la Academia del Lunfardo en
1995 después de haber sido durante 33 años Secretario de la institución.
Tuve la suerte de compartir con él y otros cofrades la
actividad permanente de la
Academia , al ser miembro correspondiente en Entre Ríos.
Además mantuve una amistad que en ocasiones fue en encuentros personales y
muchas veces a través de la correspondencia, las comunicaciones a la Academia y el comentario
de libros.
Nunca me voy a olvidar cuando en ocasión de visitar Buenos
Aires con mi mujer, nos invitó a salir a caminar las calles porteñas a la
noche, y recorrer algunos de los bares y cafés famosos. Anduvimos varias horas
y tengo bien presente cuando
recorrimos cafés de La Recoleta
el cariño que recibía de los porteros y encargados de los mismos cuando lo
saludaban con un “Don José” que se extendía con algún comentario adicional.
Victoria tuvo ocasión de escucharlo cuando llegó a nuestra
ciudad junto al maestro Sebastián Piana, el autor de tantos tangos como su
famoso “Tinta Roja”, invitados por la Agrupación Cultural
Victoria, donde se desarrolló el acto pertinente con gran asistencia de
público.
Los aportes de José Gobello al conocimiento del habla de los
argentinos son valorados en todo el mundo. Es un verdadero lunfardólogo, que ha
rastreado el origen del lunfardo y ha hecho aportes significativos junto a
otros colegas y cofrades de la
Academia.
No sólo se ha detenido y profundizado en el lunfardo, sino
que ha abarcado otros campos de la lingüística. Así en 2003 publicó
“Diccionario Gauchesco” que me envió en mayo de ese año con una afectuosa
dedicatoria. Dice Gobello en Nota Bene que abre el diccionario: “Toda lengua
deriva a una koiné, a una lengua común que procede de la reducción de una
variedad idiomática a una unidad. Hace por lo menos 800 años, el castellano
–los españoles gustan llamarlo español- era algo así como una koiné del sermo
plebeius y del árabe. La koiné que hablamos hoy los porteños reduce a unidad el
mejor castellano de España, el vocabulario de la campaña y los dialectimos y
jergalismos traídos por la inmigración”. Y también, con fundamento, claro,
afirma que “el habla gaucha o el lenguaje gauchesco es en definitiva un
vocabulario de unos mil vocablos, poco más o menos. Eso es todo: un
vocabulario”.
Indudablemente, José Gobello era un estudioso de nuestra
lengua, del habla, del vocabulario. Y cuando entrega a los lectores su
“Diccionario Gauchesco” cita a Adolfo Prieto cuando habla del lenguaje
gauchesco que sería “una variedad dialectal y arcaizante del español” pero,
además, menciona a Amado Alonso que “llamó marinerismos en tierra, las
creaciones locales”. Y conocerlo, al fin de cuentas, explica Gobello, “puede
ser fuente de placer”.
De allí su dedicación de muchísimos años, al estudio y
rescate de palabras que se plasmaron en los aportes bibliográficos que nos ha
legado José Gobello.
La muerte de nuestro Presidente de la Academia Porteña
del Lunfardo, es una verdadera pérdida para la cultura Argentina. Sus aportes
han sido grandes dentro del área de las letras y la investigación del habla del
pueblo. Asimismo su accionar como periodista y su incansable trabajo en la Academia.
La muerte de un amigo nos toca de cerca. Pero su imagen queda
viva en la memoria y en sus obras. Que dan valor a su lucha por la vida. Nos ha
dejado, pues, físicamente, un verdadero investigador del habla popular. Queda
su obra que otros continuarán sin dudas,
José Gobello había nacido en Martínez (Buenos Aires) el 26 de
septiembre de 1919.